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viernes, 27 de febrero de 2009

Wisteria floribunda


Hola. Pues la historia va de que convencí un poquito a mi "chófera" para que me desplazara hasta un vivero y para sorpresa mía accedió, por lo tanto allá me desplazó y yo, como siempre que entro en un vivero, me quedé embelesado con lo que allí se exhibía: coníferas ya de por sí enanas, cítricos enanos, también de los grandes... bueno, de todo y en cantidad, excepto de dinero. No sé como me areglo pero de esto siempre estoy muy escaso.

Después de deambular (los dueños me conocen) por un lado y por el otro, de aquí para allá. A mi gusto, solito. Y habida cuenta que había más de una razón poderosa para no llevarme todo el vivero, opté por comprarme una Wisteria floribunda (glicinia) "Alba", tiene un buen tronco y ramificación baja que puede darme muchas alegrías si acaba aclimatándose y no se muere después de las perrerías que le hice.

Para empezar, y para asombro del viverista, agarré la kiukiru y corté los zarcillos de esta trepadora a la altura que en aquel momento me pareció equilibrada. El viverista no daba crédito a lo que veía, y antes de que se pusiera a hablar y aquietar su espíritu le pagué la planta y continué con mis tropelías. El hombre no pudo dejar escapar un "Para conseguir una planta como esa hicieron falta años..." Yo asentí y le contesté que a mí lo me importaba era la parte baja ya que no tengo muros ni pérgolas para trepadoras y que se me daba una higa, que más años tenía yo y que la inflación me estaba matando y nadie me hacía ni puto caso.

Me abastecí allí mismo de hormonas en polvo de las que sabía que ya no me quedaban y pasta selladora. También compré un Cornus elegantissima con una buena base y un Taxodiun distichum, éste no más grueso que bolígrafo.

De vuelta al hogar, las plantas a su sitio: una pequeña parcelita de 18 m2 que está saturada. A los cuatro días me dió el "mono" de hacer tropelías y agarré a la Wisteria y quise ver que es lo que había bajo tierra. ¡Todo raíces! Tantas que algunas (gordas como remos) llegaron al fondo del contenedor y dieron la vuelta y llenaron todo el recipiente. Ante esto, y sin encomendarme ni a Dios ni al diablo, deshago el cepellón, corto las raíces gruesas, embadurno los cortes con polvo de hormonas y clavo la planta en una maceta de entrenamiento de terracota. Si le da la gana de tirar y vivir... que espabile y que tire, yo ya hice mi parte y no me voy a cortar las venas aunque, eso sí, algo de pena me daría que no saliera adelante.


¡Dios les bendiga!

3 comentarios:

  1. Dichosos los ojos que te leen amigo Tonecho.Ya me tenías un poco preocupado.Me alegro de tu vuelta.
    Desde luego hay que ver la de perrerías que les hacemos a las plantas.Con esas raices.... lo raro es que no le hayan atrapado cual pulpo!!
    Bonita Wisteria.

    Un saludo amigo

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  2. Enhorabuena Tonecho por la compra, pena no vivir mas cerca de mi hogar, pues suelo regalar ejemplares de glicina a mis amig@s, además tengo todas las variedades de glicinia, con colores mas claros o oscuros en los malvas y la variedad de flor blanca, precisamente ya están apunto de florecer mis mas de 15 ejemplares...perdona al final siempre personalizo, lo dicho si algún día te acercas por las Rias Bajas visita obligada a mi hogar, un saludo amigo.

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  3. Gracias Pinastre. Siempre es grato saber que a uno le recuerdan.
    Bonavebe, gracias por tus palabras y tu hospitalidad. Aunque repaso esos lugares virtualmente la verdad es que, de manera real, se me queda bastante alejado. Bueno... También es cierto que estoy alejado de todos los sitios. Estoy en Costa de la Muerte, con eso está dicho todo.

    Gracias a ambos por venir. Saludotes muy cordiales.

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